lunes, 12 de julio de 2010

QUÉ QUEREMOS LAS MUJERES ?

Sería bueno preguntarnos ¿que es más importante para nosotras? si ser o parecer; no es que la belleza exterior no tenga valor o descuidemos nuestra apariencia en lo absoluto porque prioricemos la belleza interior; nada de eso, a lo que me refiero es a usar el raciocinio al momento de decidir exponer sus vidas con procedimientos de tal riesgo que podrían causar incluso la muerte.

¿Que queremos mujeres? Ser y estar saludablemente bellas o forzar la situación buscando un cambio radical que puede más que darnos belleza, quitárnosla consiguiendo con esto ser bellas, horriblemente muertas?
Pues si evaluamos el peligro que presentan las cirugías a causa de las anestesias o las malas prácticas médicas nos frenaríamos y pensaríamos muy bien (qué, quién, cómo, cuándo, dónde y lo principal el precio que vamos a pagar) precio que oscila entre el dinero y la vida misma.

¿Verse bien es todo lo que importa? esta pregunta pudo contestárnosla Kénida Féliz, pero lamentablemente no pudo rebasar las consecuencias de su decisión de operarse el vientre, sometiéndose a una endoplastía.  Kénida Féliz Cordero, de sólo 32 años de edad, perdió finalmente y de una forma tan inesperada su salud a causa de una reacción a la anestecia, lo que la convirtió en la protagonista de una historia tan dramática como trágica y luego de triturarse la lengua con los dientes efecto de las convulsiones que sufrió perdió la vida.

Me motivo a preguntarme así como a los seguidores de este bloggers ¿Cuáles pensamientos le cruzaban a ella por la cabeza? Durante el penoso proceso postrada en la cama; todo por vanidad.
El Psicólogo industrial Omar Rodríguez, amigo mutuo afirma que ella no tenía necesidad de llegar al extremo de someterse a una cirugía para conseguir eliminar el exceso de grasa de su vientre.

Rodríguez, recomienda que al momento de poner su vida en manos de un cirujano sea la razón que sea se investigue los antecedentes de los médicos involucrados y del lugar donde se realizaría dicha cirugía, sobre todo, no querer pagar menos, pues garantizar la vida es lo principal.

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