Puedes estar contento, aún cuando no lo estés. Puedes adoptar una actitud positiva, aunque no haya a tu alrededor circunstancias positivas a la vista. La más minúscula de las luces puede brillar hasta en la más profunda de las oscuridades.
Y puede representar una enorme diferencia. Algunos pueden considerarte un tonto por ver oportunidades, mientras estás en medio de abrumadoras dificultades. Sin embargo, tú sabes que concentrarte en lo positivo es lo más útil y realista que podrías llegar a hacer.
Porque, ¿qué lograrías sintiéndote desgraciado? La desdicha no sólo no es placentera para ti mismo y para los demás, sino que tampoco sirve para lograr nada que valga la pena.
En cambio, cuando todo indique que debas sentirte desdichado, no escuches, no compres la idea. Vuelve la mirada en dirección a las oportunidades y concentra tu energía en lo mejor de ellas.
Puedes reconocer la realidad de lo que es, la realidad de tus problemas, sin permitir que envenenen tu actitud. Luego eleva la mirada, mira al frente y muévete en dirección a lo mejor de lo que pueda llegar a ser.